La fe es propia.
Es tu fe, no la de tus padres. Es tu fe, no la de tus pastores. Es tu fe, no la de tu casa, ni la de tus amigos.
Tú eres el único responsable por cuidar el fuego que el Señor puso en ti. Eres responsable por honrar al Espíritu que habita en ti con tu vida. Eres responsable por cuidar el templo del Señor que es tu cuerpo. Eres responsable por tener espacios separados para el Señor.
Eres responsable.
Porque la vida con el Señor no se trata de culpas, sino de asumir con madurez nuestra porción y lo que nos es entregado.
POR GRACIA tenemos casa, tenemos familia. Estamos dentro de su cuerpo porque a Él le plació que habitáramos en armonía juntos. Pero eso fue un diseño y un regalo.
Es importante entender que es únicamente nuestra respuesta ante el hecho de que el Señor nos eligiera, su gracia y permanecer bajo Él, lo que nos va a llevar a vivir una vida coherente. Es rendir los deseos, es buscarlo, es mirarlo a Él, es aprender de quien es... Es decidir vivir por y para Él.
No es que si los pastores no me llaman entonces no oro. No es que actúo en santidad porque mi discipulador me dijo. No es actuar por el otro. Es actuar sabiendo que amamos al Señor, que honramos que habite con nosotros y que queremos darle su lugar.
Ahora bien, el cuerpo de Cristo es un diseño precioso, y es diseño habitar allí. La iglesia, la esposa de Cristo, está en su corazón, y en esa medida debemos amarla y honrarla. Primero, ser parte de ella y vivir conforme a ello, pero también sabiendo que somos el "amigo del novio".
Esto es un principio super clave que está en la palabra. Tenemos la responsabilidad de preparar a la "novia" para ese día, pero hay algo clave allí. Ella no debe "enamorarse" de nosotros. Debemos recordarle que su esperanza es el Amado, que su mayor amor es Él, no nosotros, el amigo.
Concluyo pidiendo al Señor que nos permita tener la madurez para responsabilizarnos por nuestro compromiso con Él. Un compromiso eterno. Un pacto que debe marcar todas las áreas de nuestra vida, porque como dice la canción: "He decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás". Oro al Señor para que tu fe no falte, para que vivas dentro del pacto, honrándolo y amándolo. Pido al Señor que seamos hallados fieles. Porque Él ha sido, es y será FIEL. Bendito sea su Nombre que es sobre todo nombre. Bendita sea su sangre derramada y su carne rasgada que restauró lo que habíamos perdido. Bendito sea Cristo, que nos perdonó. Bendito sea el Padre que nos acepta en su casa, y bendito el Hijo que preparó lugar para nosotros. Bendito sea Él. Señor que seamos hallados fieles y dignos, que nuestra fe no falle ni falte, que te honremos. Bendito es el Cordero, bendita es la entrega. Bendito seas hoy y para siempre, entre todas las naciones y las familias de la tierra.
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