Algunas semanas atrás escuchaba una canción que resonaba en mí. Una canción muy real, pero que solo podría cantar con un corazón en la posición equivocada.
"Dios, no me quites estas cosas hermosas que tengo" - decía
Y entendía al Señor preguntándome: "¿qué canción vas a cantar en esta ocasión?"
Una nueva temporada, demanda una nueva canción, y por consiguiente, una respuesta diferente del corazón. Y entonces puse una que decía: "toma lo que es tuyo, no te niego nada, eres dueño de mi corazón". Y el asunto, no es la canción o la letra. Sin duda, probablemente tengo días donde resueno con la que no quiere que Dios "le quite algo". Pero eso habla más sobre mi percepción de Dios y su esencia, que sobre quién es Él realmente.
Así que hoy dejo esta entrada con esa pequeña pregunta: "¿cuál es tu canción?"
Porque si vamos a reedificar y a resignificar nuestras historias, como dijo una psicóloga, hagámoslo con aquello que queremos que sea nuestra verdad.
Demos campo a creencias fundamentadas en terrenos sanos.
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