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La Palabra nos enseña que de la abundancia del corazón habla la boca. Lo que llevamos dentro es lo que mostramos a los demás y es lo que sembramos en otros. Una vez escuché que "la calidad de tus pensamientos determina la calidad de tu vida", y encuentro mucha verdad en esto porque actuamos según pensamos. Hace unos días estaba viendo una serie y no pude dormir en la noche porque me quedé pensando en los asesinatos y las torturas que se llevaban a cabo en ellas. Esa noche recordé una promesa "Tú guardarás en completa paz cuyo pensamiento en ti persevera" Me pregunté por qué no sentía paz y recordé que mis pensamientos estaban puestos en ese programa, y en general en mi vida. Cuando mis pensamientos están en mis sueños, en mis anhelos, en mis problemas y no en Jesús, no tengo paz. El momento en que decidas cambiar tus pensamientos y tener los de Jesús, podrás vivir en abundancia. Las circunstancias no pueden afectar tus pensamientos porque entonces no son tuyos. Hay algo más, Jesús. Cuando yo vivo y pienso como Jesús, las circunstancias no afectan mi vida porque hay algo dentro de mí que hace la diferencia, el Espíritu Santo