top of page

Perdona (aunque no quieras).


El perdonar es una de las cosas que más me duele porque va ligado al amor, y amar me cuesta. Yo me encariño fácil con alguien, pero si esa persona me falla, me cuesta olvidar el daño. Con los años he luchado con perdonarme a mi misma, porque siento que si hago algo malo, entonces ya no merezco ser amada. Por suerte, el amor que Dios me tiene, cubre mis fallas.

Considero que para amar y perdonar, debemos primeramente amarnos y perdonarnos. Hay un versículo que dice que debemos amar a nuestro prójimo como nos amamos (Mateo 22:39), en el Padre Nuestro (Mateo 6:9-13), le pedimos a Dios que nos perdone como perdonamos a los que nos hacen daño, y en Mateo 7:12 dice que hagamos lo que nos gustaría recibir. Todo es un ciclo y una cadena, y bajo nuestras fuerzas no podemos lograrlo.

Hace unas semanas hablaba con una amiga. Me acerqué y le dije que me parecía que ella debía perdonar a aquella persona que le había hecho daño, porque su corazón estaba dolido y Dios no quería eso para ella. Le dije que aunque ella quisiera castigar al causal de su dolor, ella se estaba haciendo más daño... Fue así como llena de amor, le di aquello que estaba en mi corazón. Hoy quiero compartir un poco con ustedes.

Entonces, ¿cómo perdonar? No tengo una fórmula para resolver esto, pero se que necesitamos amar, y el perfecto amor viene de Dios. Empecemos por amarnos, mirarnos con los ojos de Dios y entender que cuando Él nos ve, lo hace por encima de nuestras falencias. Que cada mañana al despertar, podamos mirarnos al espejo y decir "soy la obra maestra de Dios" (Efesios). No nos demos tanto palo que estamos aprendiendo, vamos con calma. Veámonos como Papá lo hace, y al hacerlo podremos ver a otros así.

1 Juan 4:7-21 NVI

Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. Queridos hermanos, ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. Nadie ha visto jamás a Dios, pero, si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente.

¿Cómo sabemos que permanecemos en él, y que él permanece en nosotros? Porque nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y declaramos que el Padre envió a su Hijo para ser el Salvador del mundo. Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama.

Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús. En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.

Nosotros amamos porque él nos amó primero. Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.

Es cuestión de pensar que todos estamos en el mismo barco ¿Tú mereces el perdón de Dios por todos tus pecados? No, ¿cierto? Sin embargo, Jesús fue y murió por ti, y te perdonó. Entonces, si Jesús hizo eso por ti, y nuestra meta es ser como Jesús, deberíamos intentar lo que más podamos perdonar a quienes nos hacen daño... Jesús lo haría. No se vale decir "yo no soy Jesús" porque Él ya nos equipó para esto.

Si Jesús, Santo, Cordero SIN MANCHA, fue capaz de amar a la persona que tu odias y perdonarla, e ir para morir por esa persona, ¿por qué tu no? Significa que con todo y lo malo que haga esa persona, Dios ya la considera valiosa, tanto como para dar la vida de su Hijo.

Es importante recordar que muchas veces no vamos a sentir perdonar, pero debemos hacerlo. En el libro de la Cabaña, Papá le dice a Mack que perdonar es soltar la garganta del otro (incluso si queremos que se asfixie), y le dice que cada vez que recuerde a la persona que le produjo el dolor, diga en voz alta, "te perdono". A nosotros no nos corresponde hacer justicia y cuando intentamos castigar a la otra persona, nos hacemos daño. Creemos estarlos asfixiando pero realmente nuestras manos están adoloridas y entumecidas por el dolor con el que cargan.

¿Que te parece si perdonamos? Dejemos que Papá haga justicia. Debemos amarnos y hacerlo por nosotros; me amo y no quiero que esto me dañe el corazón. No ganamos nada porque a los únicos a quienes asfixiamos, somos a nosotros mismos, La falta de perdón nos encadena y nos lastima el corazón, pero la Verdad, Jesús nos hace libres. A través de Él lo lograremos. Oremos y perdonemos hasta que el corazón nos deje de doler.


  • White Instagram Icon
bottom of page