"Estoy usando las medias fuera de mi pantalón porque cuando estás muy emocionado por algo, no lo retienes. Cuando estás emocionado por tus medias, no te lo guardas. De la misma manera, cuando conoces y tienes un encuentro con un Dios que te dice yo te amo sin importar lo que hayas hecho, sin importar quién eres, sin importar lo que harás, yo te amo incondicionalmente. Ustedes no pueden retenerlo." (Emma Mae Jenkins, HowToLife)
Cuando tenemos algo de lo cual nos sentimos orgullosos, lo mostramos por doquier e irradiamos la alegría que eso nos produce. Pareciera en ocasiones que tenemos marcada la felicidad y aquello que nos pone así en la frente. Se siente bien.
Llevo varias semanas escuchando a esta Emma, una joven de 18 años que ha cambiado mi vida. Me impresiona que a su edad tenga claro su camino y su confianza puesta en Dios. Cada vez que veo uno de sus vídeos no puedo evitar ser llena de esperanza y alegría, y es increíble porque de inmediato veo a Jesús en Emma. Sin embargo esto me pone a pensar por qué no puedo ser como ella y qué es lo que no nos permite mostrarle al mundo al Dios que conocemos.
Romanos 12:2 dice que no nos conformemos al mundo actual, el cual al principio creí que se refería a las fiestas, las drogas, el adulterio, el engaño y la mayoría de pecados que escuchamos a diario. Sin embargo entendí que conformarnos con el mundo actual es regirnos bajo sus principios, es decir, yo no hablaré de Dios porque dirán que estoy loca, si sonrío se burlarán de como lo hago, si ayudo a las personas van a decir que quiero fama, si subo vídeos hablando de Dios dirán que mi voz es fastidiosa, si escribo en mis redes sociales dirán que quiero imponer lo que creo. Ahí está nuestro error... Nos importa más lo que dirían de nosotros que lo que Dios dice. Estamos tan asustados por fallar, que se nos olvida que Dios lo hace sin condiciones. Estamos tan ocupados pensando en lo que yo quiero y sueño que nuestras palabras a Dios se vuelven en vano. Nos mantenemos demasiado ocupados en mostrar a alguien que no somos, mostramos a alguien que finge que no le duele, que todo lo soporta, que es igual al resto.
¡Pero un momento! ¿Cuándo sucedió esta tragedia?
No olvides que eres diferente, es que tú no fuiste llamado a encajar, a ser feliz solo un domingo, a comportarte igual que los demás. Dios ya te hizo hijo. Recuerda que Jesús dijo: todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre. (Juan 14:12) Tú eres hijo. Tienes una misión muy importante, ser una herramienta de Dios para cambiar el mundo, a los que están a tu lado, a tu familia, y a aquellos que te ven.
Malas noticias, muchos no estamos siendo como Jesús
Buenas noticias, podemos serlo
Malas noticias, el temor no nos deja
Buenas noticias, el perfecto amor (Dios) echa fuera todo el temor
Malas noticias... Espera, ya no hay malas noticias
Seamos una generación diferente, que permanece, que cambia, que no contiene el amo de Cristo.
No fuiste hecho para retener cuánto te ama Papá, fuiste hecho para decírselo al mundo.
https://youtu.be/gpFFobLvzC8 (Emma Jenkins)