Hace meses no publicaba porque decidí tomar un tiempo en el cual mi corazón fuese moldeado por Dios, y en el proceso pasó algo que estoy segura de que muchos hemos vivido, y es que Él está en silencio. Cuán difícil son estos momentos en que El empieza a trabajar en nuestros corazones y nos empezamos a sentir solos, y por más que lo buscamos no lo escuchamos, y ahí es cuando muchas veces sentimos que Él también nos ha abandonado ¡Y es difícil, es muy duro sentirse solo! Pero con el tiempo he aprendido que Él siempre está, puede estar en silencio pero ahí está trabajando nuestro corazón y por más duro que resulte el silencio para nosotros, traerá grandes cosas y nos llenará de una grande sorpresa.
Y de esto quisiera hablar un poco, de esos tiempos en silencio... Hay que recordar que Dios es fiel y que sin importar el panorama, él nos sigue amando y sigue siendo Papá sobre el cual podemos recostarnos a escuchar un consejo, a llorar o a reír. Pero somos humanos, y la sensación de soledad es devastadora, sentir que no hay nadie para nosotros nos hace pensar de más y nos hace dudar de muchas cosas, y esto puede ser bueno hasta cierto punto. Muchas veces nos encontramos solos por nuestra manera de actuar y de enfrentar la vida, porque a lo mejor no es la adecuada, y entonces este tiempo puede convertirse en un momento a solas con Dios para ser llenos por completo; pero también hay otro tipo de momentos de "soledad".
Hay momentos en que no solo nuestros amigos están alejados, sino que incluso sentimos que la iglesia y nuestros líderes no están allí; necesitamos un consejo o una oración y en ese momento todo el mundo desaparece, menos Papá. Ese es el momento perfecto para correr a sus brazos y que nos dé un abrazo que restaure, pero este proceso también trae dolor. No podemos creer que las cosas pasan de un momento a otro por arte de magia, muchas veces nosotros mismos debemos ir y enfrentar lo que pasó y sanar heridas. De un momento a otro Él se queda callado, pero siempre debemos recordar que el que esté callado, no significa que no esté allí.
Ten por seguro que si pasas un momento en que sientes que hasta Dios se ha ido, no es así. Nuestro Papá nos ama demasiado, y si no se fue cuando vio lo peor en nosotros, no se va a ir ahora, porque nos ama infinitamente y prometió estar con nosotros. Cuando pases por una dura prueba y te preguntes dónde está Dios, recuerda que el maestro siempre está en silencio durante el exámen. El plan de Dios es siempre mejor; a veces el proceso es doloroso y difícil, pero recuerda que cuando Dios está en silencio, algo está haciendo por ti.
