Apocalipsis 3:15-16 (NVI)
Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de compartir un espacio con mis compañeros y hablar de Dios. Me sorprendió mucho la actitud de una joven que se sentía angustiada porque lo que ella era "no le servía a Dios".
Ella compartía que aunque amaba a Dios, muchas veces pecaba siendo consciente de ello, y la otra parte de mis compañeros al leer sobre el fin de los tiempos, se angustiaban y decían que aún no estaban listos, que primero debían arreglar varias cosas en su vida y cambiar actitudes, y estoy segura de que a muchos en la vida nos pasa lo mismo; tendemos a postergar nuestro cambio de actitud hasta cuando lo consideremos necesario, y con el tiempo esto nos daña. Postergar cambios en nuestra vida hace que lleguen situaciones que no debieron haber pasado y que no tengamos un carácter formado para enfrentarlas.
Al principio de nuestra vida cristiana somos como bebés espirituales, sin las armas para atacar, leyendo de a pocos la palabra una y otra vez hasta comprenderla, pero al pasar del tiempo debemos elegir con determinación nuestro camino. No podemos elegir a Dios si vamos a estar manchándonos del mundo. Bien dice la palabra que debemos ser santos porque él (Jesús) es santo, y también nos dice que pensemos en todo lo honesto, lo justo, lo puro, lo amable, en todo lo bueno. Debemos ser eso, santos; no se trata de no pecar, sino de no vivir en él.
Este es un buen momento para que decidas si te entregas a Dios y te sometes a Él por completo; tal vez dolerá, te sentirás cansado, pero será por un tiempo mientras Dios te pule, luego tendrás fuerzas como las águilas y tendrás una felicidad eterna. La otra opción es que te vayas con el mundo; pero con certeza te advierto que aunque te divertirá mucho por algunos momentos, de repente te sentirás vacío y afligido.
A Dios no le sirve gente tibia, gente que no sabe dónde está parada, con un pie dentro y otro fuera. Papá quiere gente que den todo por Él.