Una cosa yo deseo, alegrar tu corazón; que sonrías al oírme, que sonrías al mirarme, que sonrías cuando llego a postrarme delante de ti...
-Que sonrías, Galmes-
Muchas veces nuestra vida está en calma, y allí empezamos a creer que eso es sinónimo de estar bien con Dios, y de igual manera si todo anda mal creemos que las cosas con Dios están de maravilla. Es importante entender que lo uno no lleva a lo otro y por esto es importante mantener una comunicación continua con el Señor para saber en que punto vamos.
Hace unas semanas leía Dios no tiene favoritos tiene íntimos de Marcos Brunet y hubo una pequeña frase que me impactó y marcó mi vida. ¿Sabías que hay una gran diferencia entre ser usados y ser aceptos delante de Dios? No todo el que es usado, hace que Papá sonría al verlo. Entonces esto nos lleva a una reflexión más grande; en que no basta que oremos por sanidad, profeticemos, liberemos gente de demonios, si nuestra mirada no está puesta en Dios con el único propósito de que Él sea glorificado. Y mucho más de buscar el aplauso del hombre, es buscar que después de hacer algo "para" Dios, vayamos un momento a intimar con Papá y a preguntarle si le agradó lo que hicimos.
Que nuestra misión en la vida no sea sólo buscar sus manifestaciones sino buscar a su persona. Este es un error muy común que tenemos; en vez de conectarnos en la adoración y la alabanza con Él para así poderle hablar y deleitarnos en su presencia, buscamos tener un acercamiento a Él para que nos permita recibir de la manifestación de su Espíritu. Y a pesar de que Dios nos permite recibir de esto para sentirle, se vuelve algo monótono que no nos satisface permanentemente debido a que perdemos nuestro enfoque y su voz en nuestra vida. Somos llenos pero no instruidos para permanecer en su llenura, nos quebrantamos pero dejamos de vivir en arrepentimiento porque empezamos a abusar de la gracia de Dios, y así empieza una vida de "visitas" de Dios en vez de crearle una habitación.
Ya es hora de vivir bajo su voz y buscar su sonrisa. Es hora de no sólo ser usados sino aceptados y no conformarnos con lo poco, por el contrario buscar de su reino y su gloria